Si pudiera abrazarte en estos momentos
lo haría con mucha fuerza,
pero solo lo puedo lograr de corazón
imaginando tu olor tan grato,
tu piel suave y tu dulce mirada.
Espero que hasta el cielo sientas
el amor y cuánto te extraño.
Lamento todos los días tu partida,
pero sé que estás en un lugar mejor,
y me consuelo cada vez que veo el cielo,
porque me recuerda tu sonrisa,
que es un bálsamo para seguir viviendo.
Te doy mi corazón y rezo a Dios
para que escuches mi mensaje.
Un abrazo hasta el cielo.